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Reino Unido pide nuevo acuerdo posbrexit... Bruselas lo descarta



El gobierno británico pidió el miércoles a la Unión Europea renegociar en profundidad las disposiciones específicas acordadas para Irlanda del Norte en el marco del Brexit, a lo que Bruselas se negó rotundamente sentando las bases para un nuevo conflicto.

Desde que ambas partes comenzaron a negociar en 2017 la salida británica del bloque, el principal escollo siempre fue cómo aplicar el Brexit en esa región británica de sangriento pasado sin reactivar el conflicto intercomunitario.

Y, casi siete meses después de la retirada total del Reino Unido del mercado único y la unión aduanera europeos, lo sigue siendo. 

Londres pidió el miércoles a Bruselas renegociar el llamado "protocolo norirlandés", arduamente acordado por ambas partes pero que provoca gran tensión en Irlanda del Norte.


"Sencillamente, no podemos seguir así", afirmó el ministro encargado de cuestiones europeas, David Frost, en la cámara alta del Parlamento, al presentar las demandas británicas. 


El gobierno de Boris Johnson quiere negociar que los productos británicos destinados al mercado de Irlanda del Norte pero no al de la UE puedan entrar en la región sin apenas controles aduaneros. También quiere que se acepten allí sus normas comerciales y no sólo las europeas, para que las mercancías puedan circular sin obstáculos. 


Estas propuestas requerirán cambios significativos en el protocolo de Irlanda del Norte", reconoció Frost, llamando a "acordar rápidamente una moratoria" sobre su aplicación.


Pero los europeos siempre ha rechazado este tipo de medidas, por considerarlas un peligro para la integridad de su mercado.


Y el miércoles, aunque se declaró dispuesto a buscar "soluciones innovadoras", el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, dejó claro que "no aceptaremos una renegociación del protocolo".


Por su parte, Simon Coveney, jefe de la diplomacia irlandesa, recordó que el texto había sido acordado por ambas partes y "animó al Reino Unido a trabajar en colaboración con la UE para identificar soluciones viables".


En el pasado, Londres ya ha amenazado con dejar de aplicar el protocolo unilateralmente. 


Temor a nuevos enfrentamientos intercomunitarios

El Reino Unido abandonó definitivamente el mercado único europeo y la unión aduanera el 1 de enero.

Pero el protocolo norirlandés, diseñado para evitar una nueva frontera entre Irlanda del Norte y la vecina República de Irlanda -país miembro de la UE-, que sería inaceptable para los republicanos norirlandeses y amenazaría el frágil proceso de paz, mantiene a esa región dentro de ambos.

Esto implica controlar las mercancías que llegan allí del resto del Reino Unido para evitar que productos no autorizados entren en la UE a través de Irlanda. 

Pero los unionistas norirlandeses, apegados a la corona británica, denuncian estas disposiciones como una separación del resto del país. Y sus protestas provocaron violentos disturbios en abril que dejaron decenas de heridos y despertaron el temor a nuevos enfrentamientos intercomunitarios. 

El acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, que dejaron unos 3.500 muertos.

Entre los productos que Gran Bretaña no puede mandar a Irlanda del Norte se encuentran las carnes refrigeradas, lo que llevó a bautizar el conflicto como "guerra de las salchichas".

Londres y Bruselas llegaron recientemente a un acuerdo que permitía seguir enviando carne refrigerada a los comercios de la región durante otros tres meses, hasta el 30 de septiembre.

Según un documento enviado a la Comisión Europea el miércoles, la moratoria pedida ahora por Londres incluiría ampliar los actuales periodos de gracia y cesar las acciones judiciales por parte de la UE.  

Esta solución permitirá "abordar los problemas en su conjunto", en lugar de pedir varias prórrogas sucesivas, explicó el ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis.

El presidente estadounidense Joe Biden, orgulloso de sus orígenes irlandeses, expresó su preocupación por la aparición de este nuevo escollo. 

Biden y su secretario de Estado, Anthony Blinken, "están determinados a asegurarse de que el acuerdo del Viernes Santo se respeta", declaró el miércoles a la BBC John Kerry, actualmente en el Reino Unido en su capacidad de enviado especial sobre el cambio climático.

 

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