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NO AFECTAN ATAQUES A CPA; SU GESTIÓN YA FUE BIEN CALIFICADA POR LOS SONORENSES




SSSSSSSS… Las primeras dos semanas de las campañas para gobernador lucían un tanto desangeladas, por no decir sosas, sin ataques feroces entre los contendientes; pero desde el pasado martes 23, las cosas empezaron a subir de tono. Y no nos referimos a las tibias indirectas que aún se lanzan entre sí los distintos candidatos, con excepción de un fuerte calificativo que soltaron por ahí, sino porque, con el pretexto de la realización de la boda de una de sus hijas, intereses extraños (no

... tanto), subieron al ring de la contienda electoral a la gobernadora Claudia Pavlovich, quien participó previamente, en su doble carácter de mandataria estatal y titular de la CONAGO, en la pantomima ideada desde Palacio Nacional llamado Acuerdo por la Democracia o algo así.

Esa reunión duró 45 minutos y sólo hubo un mensaje del Presidente; uno más de la sonorense y el de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Allí, la mandataria para mandó señales claras y precisas de que, para que haya una democracia deben existir equilibrios, instituciones fuertes, que cuenten todas las opiniones y que impere la ley.

Habló del compromiso central de la CONAGO que encabeza, que es el de velar por el equilibrio de poderes, donde la sociedad mandata al Estado a través del poder Legislativo; el Ejecutivo obedece y actúa conforme a la ley, y el judicial imparte justicia y garantiza los derechos fundamentales del ciudadano. Lo que se dice en esos escenarios.

Desde luego, fue un discurso bien estructurado el de la gobernadora Pavlovich en el marco de ese Acuerdo Nacional para la Democracia, aunque, por desgracia en este país, es cada día más endeble ese equilibrio de poderes que garantiza la Constitución, marco normativo en riesgo máximo de ser convertido en un remedo de carta magna, en manos de legisladores abyectos, sumisos ante el poder del soberano, propio de un país que creíamos los mexicanos ya había sido superado.

Pero, ese pasaje fue el preámbulo de una embestida feroz –la enésima- en contra de la mandataria sonorense, buscando afectar su imagen personal, familiar y sobre todo, la de su gobierno al que, por ser ella emanada del PRI, lo quieren colocar en el banquillo de los acusados para quemarlo en la hoguera, con la idea de que la gente rechace el 6 de junio cualquier oferta política que tenga esos colores.

Hoy día, en los procesos electorales se han devaluado tanto las siglas partidistas, que ni siquiera las de MORENA son ya garantía de buenos gobiernos. Lo que importa más hoy es el mono, la figura.

Por supuesto que Claudia no se quedó callada y salió a fijar su posicionamiento ante esos ataques de desequilibrados, de los que ha sido blanco desde siempre. Aún están frescos los recuerdos de la campaña del 2015 cuando desde no uno, sino dos frentes, la atacaron de manera vil con burlas por su apariencia y otras bajezas. Esa fue la contienda política más agresiva y feroz contra una mujer de la que se tenga memoria y el colmo es que sus autores aún andan por ahí con caras de santos.

En verdad, en aquella ocasión, el concepto de violencia política de género lució tenue y desdibujada y ahora esos mismos enemigos –o quizá otros más- buscan hacerlo de nuevo. Y si es cierto que en la política, como en la guerra y el amor todo se vale, pues ni quien les reclame. Pero, también hay otro dicho: El que se ríe, se lleva y el que se lleva se aguanta.

Hizo bien la gobernadora en no enumerar cada uno de los absurdos e insultos en torno a la boda de su hija que esta vez le dirigieron, con falsedades desde la malintencionada mención de algunos personajes como invitados, hasta supuestos precios de prendas exclusivas y otras ridiculezas,  porque es darle juego a una campaña ociosa que lo único que busca es sembrar odio y confundir a quienes le han dado su confianza; pues a estas alturas, a la enorme mayoría de los sonorenses poco les importa ya que Claudia Pavlovich sea del PRI o de cualquier otro partido. Ella ha trascendido a las siglas partidistas.

El problema lo tienen quienes se disputan hoy la gubernatura y mañana las diputaciones locales, federales y las alcaldías. Tendrán que convencer por lo que ellos son y han logrado a lo largo de su trayectoria como ciudadanos y como servidores públicos; ya no por pertenecer a éste o aquel partido.

Porque ya ve Usted que las esperanzas fueron puestas mayoritariamente en que un solo hombre sacaría adelante al país y los mexicanos solo hemos retrocedido de manera más acelerada hacia el caos por las malas decisiones de su gobierno. Él mismo está empinando a su partido pues, pese a ser aún importante, su aceptación ha caído varios puntos.

Del PRI y del PAN poco se puede decir en su favor, pues a nivel nacional y en las entidades han tenido gobernadores y presidentes de la república realmente impresentables, quienes con sus pifias y corruptelas han llevado al país, junto con la actual administración federal, a punto del colapso.

Ya los mexicanos y los sonorenses ponen su vista más en las personas que encabezan los gobiernos; ahí tiene Usted que mandatarios estatales del PAN y PRI destacan en la actualidad por su altísima calificación a nivel nacional, al margen de que pertenezcan a esas siglas, entre ellos la sonorense Claudia Pavlovich.

Igual ocurre con Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la CDMX y Jaime Bonilla de Baja California, ambos de MORENA, mientras que otros de ese partido como Cuitláhuac García, de Veracruz y Miguel Barboza, de Puebla, están reprobados, lo mismo que sus aliados como es el caso del ejecutivo de Morelos, Cuauhtémoc Blanco.

Así que, pierden su tiempo esos anónimos criticando y haciendo escarnio de una mujer fortalecida como gobernadora por su gestión y por el respaldo de la gente de los 72 municipios, con la que ha estado a su lado siempre en los peores momentos, apoyando por igual a todos los alcaldes sin distinción de partidos. Se necesita mucho oficio político para alcanzar esos niveles de madurez como gobernante.   

Ese respaldo y apoyo de la gente es mucho más grande que el hecho de poner en circulación falsedades en redes sociales y hasta en programas de espectáculos, donde han dado rienda suelta a la especulación, de tal manera que evidencia la consigna de lastimar, de herir, todo con el propósito de restarle méritos a la gobernante emanada de un partido el cual, insistimos, ha sido rebasado por su administración atinada, diligente, comprometida con todos los sectores de la sociedad.

Hoy, pues, importa más la figura y la trayectoria de un político por sí solo, que por el respaldo que le pueda dar su partido; por eso las alianzas, coaliciones y demás apoyando a un perfil. Y Claudia Pavlovich ya pasó esa raya desde hace mucho tiempo.  Quizá la molesten los ataques de esos insanos; pero no la harán perder el equilibrio; eso, precisamente, que a ellos les falta.

Al margen de la violencia política por cuestión de género ejercida en su contra, sus adversarios no deberían quemar sus energías atacando a la gobernadora de Sonora, pues les harán falta para enfrentar lo que viene.

Nos quedamos en particular, con una de las muchas frases impactantes de la mandataria al fijar su posicionamiento ante esos cobardes ataques: “Claudia Pavlovich, la mujer, la madre de familia, la gobernadora, no se dobla, y mucho menos con historias ficticias y golpes bajos”.    

 

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