La organización no gubernamental Amnistía Internacional ha reclamado este viernes la liberación del activista y Premio Nobel de la Paz Ales Bialiatski ante el deterioro de su estado de salud en prisión, donde se encuentra desde hace tres años tras ser detenido por las autoridades de Bielorrusia.
"Seguimos profundamente preocupados por su bienestar", ha dicho la directora de la ONG para Europa Oriental y Asia Central, Marie Struthers, quien ha reclamado la "liberación inmediata e incondicional" del activista, sentenciado en marzo de 2023 a diez años de prisión por contrabando y pertenencia a un grupo organizado en el marco de un caso relacionado con la ONG Viasna, y del resto de activistas condenados en el país.
"Solicitamos urgentemente que se les permita acceso inmediato a atención médica adecuada y a sus abogados y familiares", ha señalado Struthers, después de que el activista fuera trasladado en mayo a la colonia penitenciaria número 9 de Horki, donde la administración se ha negado a aceptar paquetes con suministros médicos enviados por los familiares de Bialiatski.
Así, ha recalcado que "Ales y sus colegas fueron objeto de esas actuaciones por ejercer su derecho a la libertad de expresión y asociación y por llevar a cabo trabajo fundamental de Derechos Humanos" y ha añadido que "los cargos de contrabando y las acusaciones de financiar actividades que presuntamente alteraban el orden público carecen de fundamento, y sus respectivas declaraciones de culpabilidad constituyen un grave desafuero judicial".
"Su prolongada reclusión es ni más ni menos que un abuso flagrante del sistema de justicia penal, destinado a acallar la disidencia y reprimir a la sociedad civil en Bielorrusia", ha argumentado Struthers, en el marco de las críticas internacionales a las autoridades bielorrusas por su deriva represora bajo el mandato de Alexander Lukashenko.
Bialiatski obtuvo el premio Nobel en 2022 junto a las organizaciones rusa Memorial y la ucraniana Center for Civil Liberties y se convirtió en la cuarta persona reconocida con el galardón mientras se encuentra encarcelada. El Gobierno de Bielorrusia criticó el mismo día el premio Nobel y aseguró que reconocimientos como éste hacen que Alfred Nobel se "revuelva en su tumba".
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