S&P Global Ratings dijo que pese a la operación anunciada por el Gobierno, se espera que Pemex afronte un déficit de fuentes de efectivo con respecto a sus necesidades durante los próximos 12 meses y que su estructura de capital seguirá estando altamente apalancada, con un índice de deuda a EBITDA esperado por encima de 5 veces, y por ello seguirá dependiendo del apoyo soberano.
En un análisis, la calificadora consideró la transacción como parte del plan en curso de gestión de pasivos a nivel soberano para ayudar a Pemex a mejorar su composición de deuda, diversificar sus fuentes de financiamiento, reducir los gastos por intereses y mejorar la liquidez.
Pemex espera recibir entre 7 mil millones y 10 mil millones de dólares de la emisión propuesta de notas precapitalizadas (P-caps) de México con vencimiento en 2030 para ayudar a mejorar su perfil de vencimientos y de costos de financiamiento con respecto a su deuda financiera de unos 100 mil millones, al primer trimestre de 2025.
Si bien la transacción anunciada busca reducir las presiones inmediatas de deuda financiera, esta ayuda no cubre todos los pasivos financieros y operativos de corto plazo de Pemex, incluyendo unos 20 mil millones de dólares en deuda con proveedores al 31 de marzo de 2025.
S&P Global dijo que sigue considerando a Pemex como un activo clave, al tiempo que tiene una función fundamental para la política energética del gobierno.
Señaló que su calificación en moneda extranjera de "BBB" para Pemex refleja una probabilidad casi cierta de apoyo extraordinario del gobierno en un escenario de dificultades financieras, lo cual se confirma con la transacción actual.
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